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En la Sagrada Comunión comemos el Verdadero Cuerpo y Sangre de Jesucristo, sin los cuales “no tendréis vida en vosotros” (Juan 6:53).
El Catecismo de la Iglesia Católica, 1333, nos dice que: «En el corazón de la celebración eucarística están el pan y el vino que, por las palabras de Cristo y la invocación del Espíritu Santo, se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Fiel al mandato del Señor, la Iglesia continúa haciendo, en su memoria y hasta su glorioso regreso, lo que él hizo en la víspera de su Pasión: «Tomó el pan…», «Tomó la copa llena de vino…». Los signos del pan y del vino se convierten, de una manera incomprensible, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo».
Es apropiado, antes de recibir la Sagrada Comunión, inclinarse ante la Sagrada Hostia o Cáliz. Esto se debe a que el pan y el vino se han convertido verdaderamente en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. El sacerdote o ministro dirá «El Cuerpo de Cristo» o «La Sangre de Cristo», después de lo cual respondemos «Amén» y recibimos el Cuerpo de Cristo, consumiéndolo inmediatamente. Al recibir la Sangre de Cristo, bebemos, sosteniendo el cáliz con reverencia y luego lo devolvemos al sacerdote o ministro.
Comunión para personas confinadas en casa
Si usted o sus seres queridos están confinados en casa y no pueden asistir a misa para recibir el sacramento de la Eucaristía, por favor, contacte Diácono Carlos en hispanicministry@borromeoparish.com para que uno de nuestros ministros les lleve el sacramento en una visita a domicilio.